Las dehesas de encinas que pintan de verde un paisaje a menudo muy pardo aportan el carácter típico de la cultural extremeña. Sus valles de cerezos endulzan la primavera, un paisaje tan pintoresco y sólo envidiable por los cerezos en flor de los valles de Japón.
A menudo tan olvidada, Extremadura es uno de los paraísos terrenales en donde vemos cultivar, nacer y cosechar muchos de los productos que nos identifican como cultural gastronómica por excelencia. Sus jugosas aceitunas llenan las almazaras de aceites intensos y con carácter, sus bellotas dan de comer a la denominación de origen más conocida de nuestro producto por excelencia: el jamón ibérico.
Pero Extremadura son sabores a menudo de tierra, intensos, con toques a la madurez que aporta un paisaje de secano como son la torta del casar, los quesos de la Serena y de los Ibores, el pimentón de la vera que todo lo colorea, la jugosa cereza del Jerte, sus mieles que amelazan –término de cosecha propia que deberíamos adoptar-, sus platos y postres.
Extremadura son sus embutidos, exportados y consumidos en todo el mundo, probablemente sea este uno de los productos más cotizados en el sector. Pero, sobre todo, Extremadura son las manos de tantas mujeres mimando con cariño las cazuelas que ofrecen platos tan sublimes que dejan sin aliento como por ejemplo: las famosas migas extremeñas, la caldereta de cabrito, la chanfaina, las croquetas de torta del casar, el gazpacho, el zorongollo o la cachuela.
Lo que la mayoría de la gente forajida no sabrá es que a Extremadura la baña un gran río como es el Guadiana, fuente de regadío, nutriente para la agricultura y también ecosistema para uno de los productos con más sabor de nuestra geografía: la trucha. Y aunque de Extremadura destaca su ganadería, es un error habitual pasar de largo la gran cantidad de guisos y platos donde la trucha aparece.
Para transportarte al pleno valle del Jerte, a los fogones de las Hurdes, de Mérida o de Badajoz, los chefs de alta cocina de Ñam Ñam Box preparan a diario este plato elaborado de quinta gama siguiendo las huellas de la tradición para volver a casa, para que marides ese sabor a Extremadura, a río, a dehesa con las finas lonchas de jamón ibérico con un toque fresco y más vanguardista aportado por el tobiko.
No lo dudes ni un minuto más y adéntrate en Extremadura con nuestro Lomo de trucha con jamón ibérico y huevos de tobiko maridado con un buen vino de Denominación de Origen de la Ribera del Guadiana.